Trata tus uñas encarnadas en tu casa y sin cirugía
hace 5 años · Actualizado hace 3 años
Las uñas encarnadas o comúnmente llamados uñeros son un crecimiento anormal, enrojecido y doloroso de la piel alrededor del área que bordea la uña.
Las causas que la producen pueden ser variadas y en cualquier uña puede suceder; una mala higiene, morderse las uñas, quitarse las cutículas y estar mal cortadas. En término general, esto le sucede a la uña del dedo gordo del pié; por el uso de zapatos apretados o por no cortarse las uñas correctamente.
Es necesario una buena higiene, porque la humedad generada por los zapatos y el calor permite que se proliferen las bacterias y se produzca una infección bacterial; esto trae hinchazón, dolor y hasta fiebre corporal. A veces produce sangrado cuando la uña atraviesa la piel y llega a los músculos.
En lo posible, se debe mantener un tratamiento casero y natural sin tener que recurrir al médico; un cuidado a tiempo puede evitarse la necesidad de una cirugía. La cirugía en sí, es mutilante y consiste en quitar la uña parcial o total con resultados estéticas nada agradables.
Si el daño ya existe, trata tu uña encarnada con una buena tijera bien desinfectada. Tú mismo puedes saber dónde está la uña enterrada:
- Pon el uñero en remojo en una mezcla de agua tibia con sal, por 15 a 20 minutos. La sal actúa como antiinflamatorio y reduce considerablemente el dolor para seguir con su cura.
- Hala el dedo entre la uña y la piel, metes la tijera suavemente y sabrás cuánto te duele y puedas soportar.
- Pon el instrumento filoso en la uña enterrada y hala un poquito hacia arriba; de esa manera, la uña se irá levantando hasta llegar a la uña completa y se romperá, y el problema acabará.
- Posteriormente, Introduce el pie en un baño de té de manzanilla para desinflamar.
- Coloca una gota de aceite de árbol de té, el cual es un antibiótico excelente y natural; te ayudará a prevenir la infección.
Sé constante en su cuidado; si ves que persiste, no dudes consultar a tu doctor si no logras controlar la afección.
La información presentada aquí es de carácter educativo y está destinada a complementar, no a reemplazar, la orientación de un profesional calificado. Para inquietudes específicas, se recomienda la consulta con un especialista.
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